Hace un par de años ya, deje de postear entradas a este Blog; me ha sorprendido que con un mínimo esfuerzo por visualizar sus entradas, las visitas continuen sumándose. Les agradezco por ello. Ahora retomare su desarrollo, y lo haré continuando de publicar la Tremenda obra del Arqueólogo Tom Dillehay, quien no solo nos iluminó con el descubrimiento de la Cultura de Kueles, sino que también, al analizar el Sitio de Monte Verde, junto a destacados antropologos y arqueologos Chilenos, puso en cuestión, la Teoría del Poblamiento Tardío de América o Teoría del Clovis.
LOS VALLES DE PUREN-LUMACO Y LIUCURA.
2.3. Contexto interpretativo
Las poblaciones humanas y el ambiente físico interactúan a través de procesos ecológicos
dinámicos. La manipulación del agua y los ciclos nutrientes, el flujo de energía y las
interacciones con otros organismos constituyen la base de la explotación de los recursos
naturales por parte de la sociedad. Las actividades humanas a gran escala, como las que supone
el sedentarismo y la construcción de montículos de tierra, con sus implicancias sociopolíticas,
así como la explotación económica intensiva de la ecología, alteran significativamente los
procesos ecológicos.
Esta interacción opera cambiando constantemente el ambiente y creando
nuevos desafíos y oportunidades para la reproducción de las bases biológicas y culturales de la
sociedad humana. A de largo plazo, el resultado de estos procesos se refleja en una variedad de
respuestas humanas potenciales a las crisis relacionadas con el ambiente: dispersión o agregación
de población, cambios en las estrategias económicas, incremento en el índice de los conflictos y la guerra, reestructuración radical de la organización social e, incluso, el abandono de
asentamientos y el posible colapso cultural. Generalmente, en el contexto de las sociedades prehispánicas, los tres procesos sociales
con mayor impacto en la interacción dinámica hombre-ambiente son el sedentarismo, la
agregación social y el desarrollo de sistemas de producción diversificados a escala regional
como, por ejemplo, la agricultura intensiva.
Estos fenómenos sociales fundamentales no son
específicos de ciertas áreas geográficas, ni tampoco son procesos independientes, sino que
operan en la escala interlocal del paisaje regional unidos de manera conceptual e instrumental.
Por ello, este proyecto se enfoca en el ámbito regional del valle de Lumaco y Purén.
Las restricciones físicas a la adaptación y expansión premapuche y mapuche en el valle
de Lumaco y Purén, y zonas adyacentes, fueron impuestas, estacional, periódica o
permanentemente, por una variedad de factores ambientales entre los que pueden mencionarse la
descarga anual del río, la precipitación anual, la fluctuación climática y la masiva modificación
del paisaje por el flujo de población humana a través de tiempo. Sin embargo, las perturbaciones
ambientales de este tipo no limitaron en manera invariable el desarrollo de los sistemas
monticulares y sitios domésticos.
La respuesta a estas restricciones permitió la intensificación de
la producción de los sistemas y la expansión de las poblaciones premapuche y mapuche, y de las
poblaciones de españoles y chilenos, tal como lo sugiere, por ejemplo, el incremento en el
número de grandes asentamientos domésticos en el valle cerca de las villas de Lumaco y Purén
durante los siglos XIV y XIX.
En lo que concierne a la población premapuche y mapuche, la expansión dentro de una
matriz dinámica de cambio ambiental debe ser relacionada con la toma decisiones, la
concentración de recursos, la reestructuración de las relaciones entre sitios monticulares-sitios
domésticos, las alianzas fuera del valle (p. ej. Lumaco y Purén, Angol y Chol Chol), así como la
explotación y otros factores políticos y culturales. De este modo, para analizar la dimensión
social de la interacción hombre-medio ambiente en el valle de Lumaco y Purén, se consideraron,
inicialmente, tres factores fundamentales: la tierra, el patrón de asentamiento y la estructura
física de los asentamientos domésticos y monticulares («kuel»). Se hizo de este modo porque las
relaciones que envuelven a la tierra, incluyendo los recursos limitados que posee (como el agua
para cultivo en verano y su localización cerca de suelos nutritivos en el piso del valle), están
inmersas en las cuestiones políticas de acceso, mientras que la distribución de los asentamientos
y la disponibilidad de trabajo determinan la forma en que los recursos son explotados y
consumidos.
El enfoque de estos tres factores establece un marco para examinar los patrones
cambiantes del uso de la tierra y de los recursos, e incorporando variables ecológicas y de
organización sociopolítica. Por tanto, muchas de las relaciones sociales que definen el sistema de
los asentamientos domésticos y de los montículos presentes en el valle de Lumaco y Purén —
particularmente aquellas asociadas a la respuesta social al cambio ambiental, gradual o abrupto;
a las cambiantes relaciones sitios monticulares-sitios domésticos; y al crecimiento y declive de
la ciudad— pueden ser arqueológicamente examinadas y medidas.
Interdisciplinariamente, y con el objetivo de analizar las implicancias teóricas del extenso
concepto de la interacción ser humano-medioambiente en el valle de Lumaco y Purén, la
investigación se focalizó en cuatro unidades de análisis arqueológico y geológico relacionadas
entre sí: (1) los regímenes paleoambientales, (2) las infraestructuras agrícolas, (3) los montículos
de tierra o «kuel» y (4) las ocupaciones domésticas.
3.0
PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN
Metodológicamente se examinó la interacción hombre-medioambiente, a través del
sistema de montículos kuel y sitios domésticos, y el análisis de todos los sitios y edificaciones
agrícolas en el valle, dado que el patrón de asentamiento a lo de largo del valle, desde la villa de
Purén hasta la de Lumaco, une las relaciones montículos-sitios domésticos y anexiona el
ambiente natural en un contexto arqueológico crítico.
Así, las preguntas específicas que
estructuran el programa de investigación y abren el análisis a estas complejas relaciones sociales
y ambientales fueron las siguientes:
•
¿Cómo han interactuado las historias agrícolas y ambientales premapuche y mapuche en el
valle de Lumaco y Purén? ¿Cómo estas interacciones han afectado el proceso de nucleación
de montículos y sitios domésticos? De manera inversa, ¿cómo las consecuencias
demográficas, sociales y económicas de la nucleación afectaron los procesos ecológicos en
tiempos prehispánicos e hispánicos?
• ¿Cuáles fueron las relaciones sociales, económicas y políticas que existieron entre las
agrupaciones de montículos y la extensa red de asentamientos domésticos en el valle? ¿Estas
relaciones reflejan un patrón de control jerárquico sobre los recursos naturales y humanos por
parte de las poblaciones constructoras de montículos o estas poblaciones mantenían una
relativa autonomía y autarquía interna? ¿Cuál era la forma dependencia social y económica
que unía los montículos a los sitios domésticos en el valle?
•
Asumiendo que ocurrieron cambios ambientales significativos y puntuales en el último
milenio, hecho sugeridos por los cronistas y los datos arqueológicos y geológicos obtenidos
en las excavaciones, ¿cómo han respondido a estos cambios las poblaciones del valle de
Lumaco y Purén? ¿Ellas se agregaron, dispersaron o, simplemente, cambiaron sus estrategias
socioeconómicas? ¿Los sistemas de producción fueron intensificados o diversificados? ¿Hubo
ocasionalmente algún colapso político hispánico? ¿Cómo se manifiestan estas relaciones
durante las luchas sostenidas entre mapuche y españoles (Ortiz 2005)?
4.0 PROPÓSITOS, METODOLOGÍA Y RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN
Esta investigación se centró en la incipiente complejidad relacionada con el inicio del uso
de cultivos, la nucleación de los asentamientos y la jerarquía social emergente dentro del valle.
Para ello fue necesarío prospectar prácticamente la totalidad del valle y realizar excavaciones
bien orientadas y controladas para entender las estratigrafías y los cambios en función de los
sitios y su significado. A la fecha, el reconocimiento arqueológico ha registrado
aproximadamente 300 sitios prehispánicos e hispánicos, que incluyen sitios domésticos, agrícolas, defensivos, funeraríos y de montículos de distinto tamaño.
La información obtenida
del reconocimiento arqueológico, contrastada y complementada con registros escritos,
proporcionó la base para la ubicación de las excavaciones en distintos tipos de sitios. Sobre la
base de los fragmentos de cerámica diagnósticos y los fechados radiocarbónicos, se
correlacionaron los sitios excavados con los períodos principales de ocupación en los complejos
de montículos, los asentamientos residenciales y los fortines. Del mismo modo, la
investigación registró un cambio desde montículos funeraríos, pequeños y aislados, asociados a
pequeñas comunidades de viviendas dispersas y fechadas entre los 1200 y los 1500 d. C., hacia
agrupaciones de montículos grandes y pequeños, y de funciones múltiples, es decir,
ceremoniales, administrativas, y funerarias. Estos últimos tiene relación con la emergencia de
aldeas de residencia nuclear entre los 1500 y los 1800 d. C. Las relaciones temporales e internas entre estos asentamientos son sugeridas por los
patrones arqueológicos correlacionados con los registros escritos. En el caso de los montículos,
aunque su distribución y morfología provee una indicación bastante precisa del marco temporal
general en que se ocuparon, para una definición más exacta se requiere aumentar la cantidad de
excavaciones y los fechados. Hasta el momento, los resultados de la investigación señalan que
los montículos kuel pueden representar: (1) un montículo único y aislado, a menudo asociado
con un conjunto desechos habitacionales cercanos; o (2) un conjunto de montículos relacionados
y asociados con áreas domésticas localizadas en un radio de un kilómetro.
4.1 Formación de los sitios y asentamientos arqueológicos
Se han fechado varias áreas arqueológicas residenciales en el valle, vinculadas a
complejos de montículos y edificaciones domésticas y agrícolas. Estos sitios representan
aldeas agrícolas de tamaño pequeño a moderado, asociadas con fortines en la cumbre de los
cerros. En la mayor parte de sitios agrícolas adyacentes (terrazas, canales y campos elevados) se
tomaron muestras para el fechado, para el establecimiento de afinidades culturales y para la
reconstrucción, en forma amplia, de los patrones de uso y abandono de los sistemas agrícolas del
valle.
En distintos sectores geográficos del valle hay sitios domésticos cercanos entre sí, con
depósitos continuos y profundos (de entre 40 y 90 centímetros). Estos presentan una larga
secuencia compuesta por cerámicas protoaraucanas (1200-1500 d. C), cerámicas valdivia
polícromas (estilo influenciado por los incas y fechado entre 1500 y ¿1600 d. C.), cerámicas
españolas (1550-1750 d. C.) y cerámicas chilenas (después de 1750). Así mismo, se ha registrado
una gran variedad de cerámicas locales y no locales en algunos grandes sitios domésticos,
caracterizadas por el tratamiento de superficie, el uso desgrasante, el modo decoración, sus formas particulaes y demás. Este hecho sugiere una corresidencia de diferentes tipos y segmentos
de población.
En distintos sectores geográficos del valle hay sitios domésticos cercanos entre sí, con
depósitos continuos y profundos (de entre 40 y 90 centímetros). Estos presentan una larga
secuencia compuesta por cerámicas protoaraucanas (1200-1500 d. C), cerámicas valdivia
polícromas (estilo influenciado por los incas y fechado entre 1500 y ¿1600 d. C.), cerámicas
españolas (1550-1750 d. C.) y cerámicas chilenas (después de 1750). Así mismo, se ha registrado
una gran variedad de cerámicas locales y no locales en algunos grandes sitios domésticos,
caracterizadas por el tratamiento de superficie, el uso desgrasante, el modo decoración, sus
formas particulaes y demás. Este hecho sugiere una corresidencia de diferentes tipos y segmentos
de población.
4.2 Sitios de montículos kuel y rehuekuel
La investigación registró 302 montículos kuel en el valle de Lumaco y Purén, entre los
cuales se ubican pequeños montículos aislados utilizados para rituales y entierros que datan, por lo menos, del período comprendido entre los siglos XII y XIV d. C.7
. Estos kuel —pequeños y
aislados, y más tempranos— se asocian a una agricultura incipiente, a comunidades dispersas y
a los inicios de una mayor complejidad social.
Un número de 78 montículos conforman grupos de entre 9 y quizá 10 complejos de
rehuekuel (Dillehay, 2001 y 2005), que se definen por su ubicación específica, la distribución
restringida y la igualdad de distancia que tienen entre sí dentro del valle; así como por sus
tamaños relativamente estandarizados, sus paisajes ceremoniales asociados y su desarrollo
político. El desarrollo de estos complejos es un fuerte indicio arqueológico de la operación de un
sistema político centralizado por lo menos durante el período comprendido entre los siglos XV y
XVI d. C. Estos complejos o bien no se presentan en otros valles o bien se presenten de manera
dispersa y con baja densidad en sectores como Rucaray (costa marítima al occidente de Purén);
Boyeco y Chol-Chol (cerca de la ciudad de Temuco en la depresión central); y, finalmente, en el
sector de Pucón, cerca de la frontera con Argentina.
Sobre la adscripción cronológica de los kuel y rehuekuel, por fragmentos diagnósticos de
cerámica asociadas al complejo El Vergel y fechas radiocarbónicas obtenidas de las
excavaciones en varíos montículos, se deduce que la mayoría de los rehuekuel en el valle de
Lumaco y Purén se construyé entre el período prehispánico tardío y el período hispánico
temprano.
4.3 Sitios domésticos
Todos los sitios domésticos, pequeños o grandes, están distribuidos de manera más o
menos uniforme en las laderas de cerros bajos y, ocasionalmente, en la superficie de
estribaciones bajas a lo de largo de la mayor parte del valle. Los sitios domésticos mayores se
localizan, por lo general, en la base de los complejos de montículos.
Varias fechas de C14 y termoluminiscencia ubican el contexto domestico de los sitios
entre los 5150 a. C. y los 1850 d. C. Así ocurre, por ejemplo, con los signados con las notaciones
LU-11, PU-165, PU-206, LU-13, PU-211, PU-41 (véase Dillehay 2007: Apendice 2). El tamaño
de sitios de habitación indiferenciados oscila entre las 50 y 10 hectáreas y el promedio es casi
tres veces mayor que en el período anteríor, el Pitrén (500-1000 d. C.). Sitios habitacionales no
diferenciados del período tardío El Vergel (1200-1500 d. C.) y, particularmente, del período
histórico temprano presentan entre 50 y 25 ha y presentan depósitos cuyo grosor promedia entre
los 20 y 50 cm Entre 1500 y 1750 d. C., los sitios tienen de 3 a 15 hectáreas y presentan
depósitos de 30 y 80 cm de grosor, hecho que refleja nucleación y estabilidad de la población.
En
algunas áreas fuera del valle de Lumaco y Purén, algunos sitios, que datan de entre los 1700 y
1850 d. C., generalmente cubren un área más pequeña se caracterizan por estructuras
reacondicionadas periódicamente y muestran menos basura en los depósitos. Al contrarío del
caso anteríor, esto último sugiere una densidad de población menor y menos estabilidad
poblacional en algunos valles. Al respecto, los sitios de la segunda mitad del siglo XIX y la
primera parte del siglo XX son, a través de toda la región araucana, menores: sus basurales son depósitos amplios y delgados, lo que sugiere ocupaciones relativamente efímeras relacionadas
probablemente con conflictos actuales, desplazamiento de poblaciones, aumento y disminución
de actividades bélicas, diferenciación de actividades agrícolas y otros medios de subsistencia, y
cambios cíclicos en la autoridad de los líderes.
La elevación de los sitios habitacionales sobre el piso del valle varía entre los 5 y 60
metros, mientras que la distancia en relación con el piso del valle es de entre 25 y 1000 metros,
con una elevación promedio de 25 metros sobre el nivel del valle y una distancia promedio de
100 metros. En consecuencia, aunque en promedio la mayor parte de los sitios del valle se
localizan más cerca de las fuentes de agua y alimentos que, por ejemplo, los actuales
asentamientos del sector de Guadaba (en promedio a 500 metros de distancia), generalmente
están situados en mayores elevaciones que en períodos anteríores (en promedio 25 metros sobre
el piso del valle). No obstante, muchos sitios tardíos están situados en lugares defensivos, sobre
cerros alejados del río y a gran distancia.
La planificación y organización de las comunidades domésticas no asociadas a los
montículos aún está pobremente entendida. Todavía no se cuenta con planos completos de estos
sitios y solamente se han realizado excavaciones de pozos de sondeo y de bloques en sitios
estratificados. Los resultados de este trabajo ofrecen poca evidencia de planificación comunitaria
en sitios no asociados a montículos, aunque huecos de postes y áreas abiertas sugieren eventual
presencia de antiguas casas o rucas dispersas a través de zonas localizadas por encima de las
ciénagas, aunque se han excavado pocas casas u otras construcciones. También hay terrazas
agrícolas, canales, y plataformas elevadas de cultivo, asociadas con los kuel y los sitios
domésticos. Tal asociación de rasgos no ha sido antes señalada en el registro arqueológico de
América del Sur.
4.4 Canales de irrigación y campos elevados
A lo de largo del valle, en ambos costados del río Lumaco y Purén, se encontraron
evidencias de sistemas de viejos canales y plataformas elevadas (sensu Liendo 2002). Además,
se registraron sistemas de camellones en la costa del litoral marítimo cercano. Estas edificaciones
no han sido aún excavadas, pero se han seleccionado algunas de secciones para limpiar y estudiar
sus perfiles.
Dada su naturaleza fragmentaria y el limo arcilloso que parcialmente los rellena, existen
tres criteríos que ayudan a distinguir los sistemas de canales existentes en el valle de Lumaco y
Purén como obras de ingeniería de los primeros años de la conquista hispánica.
En
primer lugar, los canales antiguos, identificados como coloniales, se localizan siempre varíos
metros por encima del cauce de los viejos canales por donde actualmente aún se irriga el campo.
Por ejemplo, los canales modernos corren en o ligeramente por debajo de la curva de nivel, 180
metros ladera abajo, al occidente de dos antiguos canales localizados. Al parecer, los canales
españoles fueron más extensos que los más recientes y es claro que el área drenada o regada por
ellos se localiza cerca de sitios de montículos kuel.
En segundo lugar, al menos en dos áreas del valle se encontraron restos pobremente
preservados de sistemas de riego de plataformas elevadas (varios construidos encima de “levees”
naturales), adyacentes a restos fragmentaríos de los antiguos canales principales. Ambos
sistemas se localizan en áreas donde no parece que se haya practicado la agricultura por riego
18
desde el período hispánico, si se juzgan tanto el estado deteríoro de estos sistemas en algunos
sectores como la ausencia de asentamientos correspondiente a tiempos recientes.
Aunque algunas de las secciones de canales antiguos corren por algunos kilómetros a lo
de largo del margen del valle, no se detectaron canales hispánicos intactos. Por ello, el retoque
computacional de los canales principales, mostrado en las figuras, debe considerarse como
tentativo. Sin embargo, con excepción de los canales casi intactos que corren entre los sectores
de Guadaba y Centenarío, la reconstrucción propuesta en los mapas se basa en la longitud de los
canales modernos de tamaño comparable que se grafican bajo ellos, así como en la localización de sus puntos de toma de aguas. Muchas de estas acequias de drenaje son probablemente las
mismas mencionadas por los cronistas, construidas para drenar las ciénagas de Purén y prevenir
que los mapuche los usaran como refugios defensa.
En tercer lugar, otras edificaciones son las porciones de plataformas agrícolas elevadas,
localizadas en partes limitadas del valle de Lumaco y Purén, que ocupan pequeñas zonas de entre
5 y 10 hectáreas. Se caracterizan por plataformas artificiales de baja altura, de entre 1 y 10
metros, y 20 metros de largo, una al lado de otra, en un patrón sinuoso, localizado en forma
paralela a la berma de los actuales esteros.
Otras construcciones del tipo camellones, diseñadas y localizadas en forma paralela y
consecutiva, se ubican en el estuarío marino, cerca de los humedales ubicados hacia el sur, y las
localidades costeras de Tirúa y Puerto Saavedra, protegidos por dunas de arena y una pared de
acantilados. Se encuentran allí plataformas individuales de dos metros de altura,
aproximadamente; de entre cinco y seis metros de ancho; y, en algunos casos, de más de 200
metros de longitud. No se ha investigado aún qué tipo de cultivos o agricultura intensiva se
desarrolló en estos lugares. Los trabajos se limitaron a limpiar y estudiar perfiles expuestos sin
proceder, por el momento, a realizar excavaciones. Se estudiaron fragmentos cerámicos y piedras
de moler in situ, sin centrarse en ningún artefacto. La existencia de estas edificaciones agrícolas
implica poblaciones prehispánicas con conocimiento y manejo de sistemas hidráulicos complejos
y desconocidos en el registro actual de la arqueología del centro-sur de Chile.
.
4.5 Fortificaciones
En segundo lugar, casi todas las áreas del valle presentan evidencias de numerosos
fuertes y fortines españoles de la época temprana de la conquista y otros sitios en estrecha
asociación a secciones de los antiguos canales. Este hecho se evidencia en la antigua cartografía
a la escala de 1:50.000 del Instituto Geográfico Militar de Chile y ha sido confirmado por
análisis aerofotogramétricos y detenidas observaciones que se han realizado en vuelo con
helicóptero.
Una clase especial de terraplén en zonas de altura lo constituye el cercado de la cima de
una colina. Estos cercados están formados por terraplenes rectangulares que típicamente se
ubican en una cima de cerros aislados o parcialmente aislados que se extienden alrededor de todo
o parte del perímetro de cimas (véase León 1986, 1991). Varíos de estos cercados ocupan
colinas planas aisladas en sectores periféricos del valle o sobre promontorios que se extienden
dentro del valle y que corresponden a asentamientos fortificados. La mayoría de los rehuekuel,
grandes y pequeños, se ubica cerca de estas fortificaciones en forma de terraplenes, zanjas y
fosos, y probablemente servían para proteger rústicas empalizadas de troncos, sobre todo en los
sectores de Rapahuekuel y Lolonkokuel. Algunos fortines evidencian haber sido construidos en
etapas consecutivas y es razonable suponer que la mayoría, si no todos, tienen historias
parecidas. Algunos fortines serían del período prehispánico tardío y la mayoría del período
hispánico temprano.