sábado, 7 de enero de 2012

Aukanaw: EL LAMENTABLE ESTADO DE LA HIEROGRAFIA AMERICANA

http://futatraw.ourproject.org/descargas/libros/aukanaw-ciencia_sec.pdf

Bajo este título don José Imbelloni efectuaba en 1942 una denuncia del statu quo imperante en ese entonces.
Recordemos sus palabras:
"en este terreno la Americanística ha tenido una conducta ingenua y superficial, por la simple razón de que los investigadores del pasado de América, cuya cultura puramente arqueológica les impidió insertar tan delicadas cuestiones en el amplio escenario de la INVESTIGACIÓN HIEROLÓGICA PURA, han desarrollado los problemas locales únicamente en el sentido de las formas exteriores (imágenes plásticas, vestido, atributos, etc.) o, cuando más, en la valoración del significado astral y del calendárico...
Esta lamentable situación es debida al hecho de que nunca los dioses americanos han sido
colocados en el único lugar que pertenece a todo dios, es decir , en el terreno de las ciencias particulares que estudian las manifestaciones del espíritu religioso de la humanidad. Puede ser, en parte que se quiso evitar a toda costa el empleo de la teología y las deformaciones de los eclesiásticos de la Colonia, quienes a veces trataron a los dioses indígenas como puras encarnaciones del demonio y otras forzaron sus características con el fin de demostrar la existencia de una revelación precolombina de la doctrina católica.
Puede ser, en concomitancia, que los Americanistas se hayan solidarizado con la tendencia de aquellas escuelas etnológicas que consideran a las religiones como "supervivencias" del estado salvaje o, de todos modos como elementos que en la vida de un pueblo ocupan un lugar infinitamente menos importante que el factor económico.
Puede ser, con mayor probabilidad, que el tratamiento de las civilizaciones desaparecidas
haya adquirido, por influjo de las manipulaciones del arqueólogo de la excavación o del museo,un hábito absolutamente descriptivo y exterior, más comparable con la conducta burocrática que con el intimismo de un filósofo de las Culturas. Sea cual fuere la razón principal, lo cierto es que ha faltado la adopción de medios adecuados, y aún de propósitos bien orientados, en la exploración de la real naturaleza de los dioses americanos, siendo ello principalmente debido a la IGNORANCIA sobre la esencia de los dioses en general, de tal manera que bien puede parafrasearse la exclamación del poeta:
Heu! primae scelerum causae...
Natura nescire deum!
SILIUS ITALICUS
Bellum Punicum, IV (a)2
Palabras a las que hacen eco estas otras del Dr. Girgois:
"Los sabios etnólogos que han descripto la Pampa y sus habitantes, han sido menos felices en la exposición de las religiones indígenas que en la descripción del territorio y su fauna".
Han transcurrido prácticamente 50 años desde el momento en que Imbelloni retrató esta desastrosa situación.
Hoy día lejos de haber mejorado, ha empeorado.
El estudio de la sacralidad americana en general, y de la Mapuche en particular, se encuentra sumido en un profundo estado de postración y abandono. Es patético que la sacralidad mapuche y su rito máximo, el Ngillatun, no hayan sido todavía abordados en
forma científica, id est : hierológicamente. Nuestros escritos han tratado precariamente de llenar ese vacío.
Hasta el momento solo advenedizos o aficionados (cronistas, médicos, sacerdotes, ingenieros, historiadores, arqueólogos, maestros, folkloristas, militares, naturalistas, psicólogos, lingüistas, etc.; ¿y por qué no?, antropólogos) asumieron el rol vacante del hierólogo, comportando así la carencia de una METODOLOGÍA APROPIADA y la falta de IDONEIDAD EN LA OBSERVACIÓN del fenómeno sagrado.
Más de un lector se asombrará que incluyamos a los antropólogos entre los advenedizos y aficionados que incursionan en el campo de la Hierología. Precisemos en que sentido usamos esos calificativos.
- Advenedizos: todos aquellos que provenientes de otras disciplinas, posean o no nociones de Hierología, pretenden abordar la temática sagrada con una metodología y categorías propias de otros ámbitos del conocimiento.
- Aficionados: todos aquellos que incursionan en el campo de investigación hierológico sin ninguna metodología en particular y con una muy vaga idea del objeto de estudio.
- Charlatanes: aquellos que hablan de lo que no conocen.
- Embaucadores : aquellos que falsean la información para engañar al lector.
Es obvio que estas "categorías" pueden combinarse entre sí. Más de uno se habrá reflexionado: si la Hierología es una rama de la Etnología o Antropología Cultural, es lógico pensar que cualquier antropólogo posee nociones generales del método hierológico y también alguna idoneidad para abordar en forma somera esa temática específica. Así como cualquier médico clínico tiene nociones generales de cardiología, hematología, o dietética.
Quien así pensó no se equivocó, pero lamentablemente la realidad se nos muestra diferente. Los antropólogos y los etnólogos, en general,:
- poseen una formación bastante precaria en este área
- carecen de las menores nociones de una METODOLOGÍA PROPIADA
- carecen de IDONEIDAD EN LA OBSERVACIÓN del fenómeno sagrado
- carecen de una sólida formáción humanística
- adolecen de etnocentrismo epistemológico, endosando al "otro" sus propias categorías
mentales
- consideran un tabú el estudio de lo sagrado.(triste influencia de la escuela materialista de Lévi- Strauss).
- etc., etc.
No decimos todo esto defendiendo una especialidad, por el contrario somos contrarios a cualquier tipo de especialización. Hoy sobreabundan los hiper-especialistas cuyo horizonte mental, como la rana, no va más allá del propio charco. En cambio escasean aquellos que sin perder la perspectiva del conjunto no desprecian el caso especial, abordándolo con idoneidad y metodología adecuada. Veamos un claro ejemplo de este estado de cosas: En la Argentina el único estudio que podríamos llamar reflexivo (si bien con una metodología no muy feliz), efectuado hasta el momento, sobre la sacralidad Mapuche y su rito por excelencia el Ngillatun fué realizado por el paleontólogo Rodolfo Casamiquela.
Con el debido respeto que tales investigadores nos merecen, tanto por sus esfuerzos como por su buena fé, debe decirse que la "buena voluntad" no basta, es necesario un mínimo de formación profesional en la materia. Formación que preconizaba Imbelloni en la cita de nuestro epígrafe. Pero no sólo la hierología mapuche está en manos de advenedizos sino también la araucanística en general. Dice Casamiquela respecto de la Argentina: "en nuestro país el araucanismo serio -y basado en la labor de campo- reposa hoy sobre las espaldas de una media docena escasa de investigadores, TODOS AFICIONADOS..." Se debe admitir que en cierto modo estos aficionados gozan del atenuante que les otorga la ausencia total en
nuestros claustros de la HIEROLOGÍA, ya sea como carrera profesional, ya como materia de grado. Esta ausencia no sólo se manifiesta a lo largo de todo el continente americano sino en varios países europeos. En consecuencia, la presencia de amateurs es corolario inevitable de la falta de un medio de formación profesional.
Esto lejos de ser un reproche es un llamado de atención, es una invitación a llenar este vacío.(b) Si esto fuese todo, el asunto no sería tan alarmante como en realidad lo es, puesto que se suma otro problema más. Los investigadores -en especial los de las últimas generaciones- aparte de merecer el título de improvisados, empeoran su precaria situación intelectual al circunscribirse al gabinete, donde se limitan a efectuar meras investigaciones bibliográficas. Ocasionalmente realizan alguna que otra tarea en el "campo de la investigación", pero esta deja mucho que desear y sus conclusiones suelen ser desalentadoras y mezquinas. En general sus trabajos suelen ser un rejunte de citas mal digeridas, compiladas sin el menor sentido crítico. Ellos apoyan sus especulaciones en una docena de libros de MALA CALIDAD (desde el punto de vista científico).
Estos libros son el lugar común de casi todos los estudios mapuches.
Ciertamente por primoroso que sea el acabado de un edificio teórico si se apoya sobre bases inconsistentes está condenado irremisiblemente al derrumbe. Es necesario que la montaña de libros no oculte la realidad. ES PRECISO INVESTIGAR LOS HECHOS MISMOS, esta es la única manera de sacar a la Americanística de la miopía intelectual en que se halla estancada. Con sobrada razón sostenía Casamiquela que: "nuestros investigadores ‘formados’ -sea cual fuere su formación- parecen ignorar que no hay materiales más valiosos que los ‘curados al humo’ de los ranchos".
Coincide en esto con Imbelloni quien señala que "la ciencia religiosa no puede depender en modo alguno de especulaciones doctrinales, sino puramente de la correcta observación de los reales fenómenos de la etnografía,
ATENTAMENTE INTERPRETADOS EN FUNCIÓN HIEROGRÁFICA", o mejor, HIEROLÓGICA.
Aukanaw
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(a) Para mayor inteligencia de aquellos lectores poco duchos en los clásicos latinos damos los versos
completos que cita el Dr. Imbelloni, de profundo significado:
Heu! primae scelerum causae mortalibus aegris,
Naturam nescire deum! ...
los que nos permitimos traducir libremente así:
¡ Ay ! ¡ La primer causa de los crímenes de los hombres,
es su ignorancia de la naturaleza de los dioses! ...
SILIO ITÁLICO, "Las Guerras Púnicas", IV.
Aukanaw
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(b) Según últimas informaciones -1994 - en Chile se ha avanzado mucho en este sentido. Severiano Alcaman,
(mapuche, antropólogo, filósofo y monje capuchino) junto a Jorge Araya en su obra "Manifestaciones
culturales y religiosas del pueblo Mapuche" han tratado la "materia sagrada" mapuche con un nivel de
competencia que es prometedor. Otra obra de rigurosa metodología e idoneidad es la del sacerdote alemán y
doctor en Filosofía Ewald Böning (SVD): "El concepto de Pillán entre los Mapuches". Aukanaw

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